El largo camino hacia la renovación Durante años, la comunidad tecnológica vivió alimentada por rumores sobre la llegada de un sucesor para el aclamado iPhone SE original. Parecía que el momento nunca llegaría, pero finalmente Apple decidió dar el paso con el lanzamiento del iPhone SE (2020). Este dispositivo llegó con una propuesta arriesgada pero clara: el chasis clásico del iPhone 8 impulsado por el motor del iPhone 11 Pro. Tras un mes de uso intensivo, queda claro que este terminal llenó un vacío que los consumidores pedían a gritos en un mercado saturado de “phablets” y pantallas OLED de casi siete pulgadas. Apple dio un golpe sobre la mesa demostrando que todavía existe un nicho para los teléfonos pequeños, y la experiencia diaria con este equipo ofrece una perspectiva interesante sobre hacia dónde va la industria.
La ergonomía frente a la tendencia actual Lo primero que salta a la vista —y al tacto— es el tamaño. En comparación con sus hermanos de generación, el iPhone SE es diminuto, una característica que se convierte en su mayor virtud dependiendo del usuario. Dejando de lado las preferencias personales, es innegable la comodidad de manipular un celular que no se siente como un ladrillo en la mano. La construcción es impecable, manteniendo los estándares de calidad de Apple con acabados en cristal y aluminio que otorgan una sensación premium y evitan que el dispositivo resbale. Es un equipo minimalista, sin módulos de cámara exagerados ni adornos innecesarios; su estética es sobria y funcional, recordándonos una era donde la portabilidad era la prioridad.
Compromisos en la experiencia multimedia No obstante, el tamaño reducido trae consigo limitaciones evidentes, especialmente en la pantalla. Al reutilizar el diseño del iPhone 8, nos encontramos con marcos superiores e inferiores que, bajo los estándares actuales, lucen anticuados. El panel IPS de 4.7 pulgadas ofrece una resolución que, aunque no alcanza el 4K ni los 1440p de la competencia, cumple sobradamente con los 326 píxeles por pulgada. Para tareas cotidianas como revisar redes sociales o leer noticias, la pantalla es más que suficiente. Sin embargo, para los consumidores de contenido multimedia, ver películas o jugar en este dispositivo no ofrece la misma inmersión que en pantallas más grandes. Es una pantalla diseñada para la utilidad, no para el entretenimiento visual de alto impacto.
Funcionalidad clásica y seguridad biométrica A pesar de los marcos “retro”, el diseño simétrico del iPhone SE permite el regreso del Touch ID, una tecnología que muchos usuarios extrañaban. El sensor de huellas opera con la fiabilidad característica de Apple, integrándose a la perfección con el sistema operativo y las aplicaciones bancarias o de seguridad. Aunque no es la tecnología más veloz del mercado actual, su funcionalidad es incuestionable. Sin embargo, mientras el modelo de entrada recuperaba funciones clásicas queridas por el público, la estrategia de Apple con sus buques insignia más recientes ha tomado un rumbo diferente, generando descontento entre los usuarios más exigentes de la marca.
Recortes inesperados en el iPhone 17 Pro Contrastando con la funcionalidad pragmática del SE, los usuarios del nuevo iPhone 17 Pro se han topado con una sorpresa desagradable. Según reportes recientes y guías de soporte de la propia compañía, los propietarios de este modelo de gama alta tienen menos opciones para la fotografía en condiciones de poca luz en comparación con generaciones anteriores. Específicamente, Apple ha eliminado la compatibilidad del “Modo Noche” cuando se utiliza el “Modo Retrato”. Esta función, que permite aplicar un efecto artístico de profundidad de campo incluso en entornos oscuros, simplemente no está disponible en los modelos 17 Pro y Pro Max.
Una decisión que confunde a los usuarios La página de soporte de Apple confirma que, si bien el Modo Noche sigue activo para fotografías estándar, selfies y videos en lapso de tiempo, el Modo Retrato ha quedado excluido de esta capacidad en la nueva generación. Esto resulta desconcertante dado que la lista de compatibilidad incluye modelos anteriores como las series iPhone 12 Pro a la 16 Pro. La omisión ha sido catalogada por periodistas tecnológicos y usuarios en foros como Reddit como un posible error de software, aunque la falta de claridad por parte de la empresa sugiere una decisión deliberada. Mientras los usuarios del iPhone SE (2020) aceptan compromisos por el precio y tamaño, resulta difícil justificar que el actual teléfono insignia de la marca ofrezca una experiencia fotográfica inferior en situaciones de baja luz frente a sus predecesores.
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