En los próximos comicios electorales el reto es enorme para los partidos políticos. Al buscar el equilibrio en la balanza, sabemos que existen inconformidades de algunos actores varones, replicando un sistema patriarcal y reproduciendo patrones de discriminación
En este proceso electoral habrá un mayor número de mujeres candidatas participando, se enfrentarán a un fenómeno que apenas comienza a ser reconocido, la violencia política en razón de género.
Este tipo de violencia atenta contra el proyecto de vida y derechos políticos y electorales de nosotras las mujeres.
A las mujeres en política se nos mide de manera distinta, se habla de nuestra vida privada, se involucra la imagen antes que la trayectoria se lacera a las mujeres y a sus familias, y esto debe parar desde las distintas esferas de la sociedad.
Las mujeres somos la mayoría de la población en el estado y en el país, tenemos una vida política activa desde la independencia y revolución mexicana hemos recorrido una lucha por el reconocimiento de nuestros derechos, por lo tanto como sociedad si queremos una democracia más justa debemos de partir con las mismas oportunidades de participación y convivencia.
Los números en México sobre violencia hacia las mujeres son alarmantes, no sólo de violencia política sino de todas las mujeres que viven en una pandemia ignorada que requieren medidas urgentes de actuación y prevención, pero principalmente de reconocimiento, de aceptar que la violencia hacia las mujeres es un problema estructural de la sociedad, por lo tanto un problema de las instituciones políticas.
Nos enfrentamos a un año complejo, desde el gobierno federal el discurso dista mucho de los hechos a las mujeres se nos ha abandonado, se han recortado presupuestos que propiciaban la prevención y atención de la violencia, se nos ha ninguneado por exigir nuestros derechos, por exigir que nos dejen de matar.
El PRI es un partido de vanguardia, que busca reconfigurar un estado mexicano sin machismo, sin violencia contra las mujeres. Un partido que se encuentra en una etapa de deconstrucción, cimentando con hechos y causas en favor de nuestros derechos. Un partido vigilante para el respeto de la paridad de género, pero que además buscará que sus candidatos tengan congruencia pública.
Desde el PRI hemos reformado nuestros estatutos, nos hemos sumado a causas sociales, hemos avanzando en materia de género, pero también reconocemos que existe una deuda histórica con las mujeres y si queremos lograr verdaderamente una sociedad libre de violencia contra nosotras aún hace falta mucho camino por recorrer.
Hoy 25 de noviembre más allá del partido debemos retomar la construcción de la agenda de las causas de las mujeres de respaldar y exigir nuestros derechos marcados desde el ámbito internacional.
Estamos ante una misma causa, eliminar la violencia hacia las mujeres en todos sus ámbitos y en la protección de nuestros derechos políticos.
Desde el PRI refrendamos nuestro compromiso con las causas de las mujeres, velaremos que la paridad se cumpla de acuerdo a la ley buscaremos acciones a favor de la eliminación y erradicación de la violencia hacia nosotras romperemos con estereotipos para así romper con barreras culturales alzaremos la voz cuando sea necesario y seguiremos luchando por el reconocimiento de nuestros derechos, ni más, ni menos, simplemente lo que nos corresponde.